En nuestro especial “¿Sabías que?” nos referimos a los inventos de la industria automotriz, esos desarrollos que mayor o menor medida han hecho su aporte dentro de la historia del auto.
En esta cuarta edición: el aire acondicionado.
¿Qué es? ¿Y que historia se oculta detrás de este invento?
Un aparato de aire acondicionado sirve como indica su nombre, para el acondicionamiento del aire. Así de simple y como para comenzar.
La historia subraya a la ingeniera mecánica Margaret Wilcox como la persona que patentó el primer sistema de calefacción para automóviles en el año 1893. Por entonces, los autos (carros, podría decirse) eran en realidad poco confortables, ya que por lo general eran abiertos, tenían llantas delgadas y asientos que mucho distaban en cumplir con la función del confort que hoy le conocemos. En invierno, los pasajeros se debían abrigar para soportar las inclemencias, mientras que en el verano, el aire acondicionado era -con suerte- un suspiro gracias a una velocidad máxima de 20 km/h.
Cuando las fábricas comenzaron a producir autos cerrados, las cosas se pusieron peor. En verano, el interior hacía del auto prácticamente un horno. Para esto, primero se puso respiradores en el piso, lo que provocaba que la tierra se metiera por todos lados y se hacía imposible respirar por el polvo que invadía el habitáculo.
De esta manera, fue en 1884 cuando William Whiteley hizo un experimento colocando hielos en un contenedor ubicado en el techo y soplando aire por medio de un ventilador conectado al eje. El efecto reductor de temperatura del aire que pasa sobre el agua fue adoptado por una compañía llamada Nash y fue llamado “Eye El tiempo”.
El típico sistema de aire acondicionado conocido en hoy, utiliza un compresor, un receptor secador, un condensador, el refrigerante, el evaporador y la válvula termostática. Esto, claramente no fue así en los primeros días y comenzó con una patente presentada en 1902 por Willis Carrier, pero para el rubro de la construcción. Sin embargo, la historia ubica a una mujer (Margaret) como la impulsora en mitigar el frío de los pies de los aristócratas que manejaban los primeros autos. No se imaginaba que su precaria idea inspiraría uno de los inventos más demandados por las familias contemporáneas. El prototipo que ella tenía era casi obsoleto e indomable.
El tiempo pasó y el primer auto con un sistema de aire apareció en 1939, producido por la marca Packard. Consistía en un evaporador grande, llamado el “serpentina de enfriamiento”, que ocupaba todo el espacio en todo el baúl. La automotriz compraba el dispositivo que fabricaba la firma Bishop & Babcok Co. y lo vendía como componente premium (lo que sería un opcional en la actualidad) a un precio de 274 dólares, el equivalente a 4.600 dólares de hoy.
Por entonces, no había ningún control para ajustar la temperatura y el aire era soplado hacía adelante desde la parte trasera del auto. Para 1969, más de la mitad de los autos vendidos en EE.UU. tenían este tipo de aire acondicionado.
Cadillac hizo lo propio en 1941, con la fabricación de su propio sistema de aire, similar al de Packard. La empresa vendió más de 400 autos que lo tenían. La unidad se encontraba detrás del asiento trasero, por lo tanto, tampoco era del todo práctica.
No fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que Cadillac anuncia una nueva característica de alta tecnología: los controles de aire acondicionado. Estos se encuentran en la parte de atrás, al lado de los asientos traseros, lo que significa que el conductor tenía que subir al asiento posterior para apagar el sistema.
Sin embargo, era de todos modos más cómodo que abrir el capó para quitar la correa que hacía funcionar la bomba ¿verdad?.
General Motors, fue otra de las compañías que fabricó su propio sistema. Fue en 1954 y llegó como una opción para los autos de su marca Pontiac, que tenía motores de ocho cilindros en línea. Se agregaron controles separados para los niveles de distribución de aire y refrigeración. El diseño difería de la disposición del sistema de Nash.
Sin embargo, el aire acondicionado siguió siendo una opción durante muchos años. No fue hasta finales de los 70′ que el aire acondicionado dejó de ser un elemento por adopción, para pasar a ser parte del equipamiento de serie.
Hoy, los aire acondicionados son muy eficientes y conviven con el sistema moderno conocido como climatizador automático que, mediante sensores exteriores, mantiene la temperatura interior en el nivel seleccionado por el o los ocupantes del auto. De hecho, de acuerdo al tipo de climatizador, la temperatura se puede regular de manera independiente hasta en dos o tres zonas de acuerdo al gusto del resto de los pasajeros.
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