Para este domingo les traemos la sexta edición de nuestro especial “¿Sabias que?”. Un espacio dedicado a los inventos que marcaron un antes y un después en la evolución de los autos.
Hoy: el levantavidrios eléctrico.
También llamado elevalunas o alzacristales, obviamente no fue uno de los primeros elementos que nacieron junto al auto. Los vehículos más antiguos no tenían cabina o habitáculos tal como conocemos hoy, sino que circulaban al aire libre. Algunos tenían techo de lona y así se resguardaban del viento o las lluvias. Ahora bien, una vez que el auto adquirió una cabina cerrada para mayor seguridad y confort (evitar lluvia, polvo, etc), surge el problema del aumento de temperatura como consecuencia de la falta de aire en el interior, sobre todo en verano. Esto lleva a ingeniar un sistema de vidrios laterales que fueran movibles y para que así puedan permitir el ingreso de aire. Las ventanillas, ya pasaban a ser una necesidad sumamente importante.
En el año 1948, el fabricante francés Citroën crea un auto cerrado, pero con un sistema de apertura de sus vidrios laterales, los cuales eran plegables. Sin embargo, mucho antes, en 1928, un empresario llamado Max Brose, ya había creado un mecanismo para manejar las ventanillas a través de una manivela. Para esos años, era una innovación que representaba un hito en relación al confort y al diseño. Se trataba de un mecanismo bastante simple que permitía subir y bajar el vidrio, hasta esconderse en el interior de la puerta. Además, se lograba ubicar la ventanilla a la altura que el conductor, o cualquiera de los acompañantes, deseara.
En 1938, Harley Earl -diseñador de General Motors- proveyó a un concept con los primeros levantavidrios eléctricos. Así, el Buick Y-Job sería el primer prototipo de la industria que anticipaba las tecnologías futuras de una industria próspera e incipiente por aquel entonces.
Fue en Estados Unidos, donde el primer levantavidrios eléctrico fue introducido, específicamente en los vehículos de lujo Lincoln de 1941(marca que pertenece al grupo Ford). Para 1950, dicho mecanismo fue acoplado en Europa en el BMW 503. El sistema, cumple su función por medio de un motor eléctrico pequeño, unido a un mecanismo que transforma el movimiento rotativo del motor en uno lineal que permite el movimiento ascendente y descendente del cristal.
El equipo instalado está compuesto por: el motor eléctrico provisto de un tornillo o eje madre, un cable flexible de mando que se rosca en el tornillo, luego atraviesa el motor y se desliza externamente en la funda protectora. El cable flexible está fijado al soporte del cristal deslizante. Cuando el motor gira en sentido de las agujas del reloj, mueve longitudinalmente el cable flexible: éste último, no puede girar, pero determina la elevación y descenso del vidrio. Cuando se acciona el mando, se envía tensión al motor y así funciona. Todo esto en milésimas de segundos.
Hoy en día, para los modelos más económicos o entrada de gama sigue vigente el mecanismo manual, que funciona por medio de una palanca o manivela fijada. Sin embargo, el levantavidrios eléctrico es toda una innovación, aunque hoy nos parezcan de lo más sencillos, alguna vez llegaron a ser un invento sensacional y significó un salto tecnológico notable.
Además, hay que destacar que los motores del sistema se encuentran dotados de un dispositivo de protección contra sobrecargas, que se activa al detectar un obstáculo que le ofrezca una alta resistencia al avance de los vidrios por el carril, lo que evita que este se rompa por la fuerza aplicada. Por ello, cuando se acciona el motor y se encuentra el brazo del conductor posado sobre la puerta, este sensor desconectará automáticamente el sistema.
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