Es la cuarta generación del SUV fabricado en Japón que, además de la versión convencional con motor 2.5 de 181 CV, viene en una variante con propulsión e-POWER, un novedoso sistema que combina dos propulsores eléctricos encargados de la tracción, con uno a combustión encargado de generar energía. Ambas tienen tres filas de asientos para llevar hasta 7 pasajeros. Desde $17.600.000
Si hay un modelo querido y respetado dentro del mundo Nissan, sin dudas el X-Trail está entre los primeros a mencionar. Trayectoria, aceptación y éxito de ventas a nivel mundial. Su nombre empezó a sonar a comienzos del año 2000 desde Japón y otros mercados importantes, llegando a la Argentina allá por 2004. Es decir, ya casi un cuarto de siglo es el que lleva este vehículo que sin dudas pasó a ser una marca registrada dentro de la propia compañía. Desde las formas cuadradas y más rústicas de las T30 y T31 (primeras dos generaciones), a esta nueva fase de vida que la muestra con una imagen mucho más atrevida e imponente, aunque sin pasarse de “rosca”, sino manteniendo los parámetros estilísticos de discreción característicos de la firma nipona. Más allá del diseño y la tecnología a bordo para seguridad y confort, este modelo marca el punto de inicio para una nueva forma de entender la propulsión eléctrica, la llamada e-POWER. Es ni más ni menos que un desarrollo propio de Nissan, algo que tranquilamente podría haber hecho Toyota con la tecnología híbrida al presentar aquel primer Prius que fue todo un pionero de esa técnica, aunque no le puso un nombre específico.
Nuevas líneas, otra presencia
El diseño fue un punto muy tenido en cuenta al momento de comenzar a desarrollar esta nueva generación, ya que la idea fue acompañar toda la sofisticación contenida de punta a punta en una silueta que no pase inadvertida o, al menos, deje atrás las líneas rectas y formas menos llamativas que ostentaba, más allá que el último restyling ya la había dejado más agraciada. La trompa es más poderosa en general, no solo por un paragolpes más robusto, sino por la parrilla en la que crece el formato “V Motion” que contiene el nuevo logo Nissan -tras el que se esconden los radares para las ADA- y que está escoltado en ambos extremos por la doble óptica con tecnología LED: el grupo superior para la luz diurna, y el inferior para iluminación de ruta. Una cintura que se va elevando, las barras de techo en todo aluminio y las llantas de 19” con terminación bi-tono, animan la figura lateral que se diferencia en la electrificada por los emblemas e-POWER en las puertas delanteras. La parte posterior gana protagonismo debido a un portón de caída más vertical, las ópticas más voluminosas y filosas con iluminación LED de diseño interior 3D, el paragolpes más musculoso y el alerón (con luz de stop) por encima de la luneta, que es más angosta y tiene más grado de inclinación. Ahí, sobre la base del portón de apertura eléctrica (desde comando de llave, desde interior y también manos libres con solo presentar el pie por debajo del paragolpes) nuevamente la variante eléctrica se distingue por el emblema e-4ORCE del lado izquierdo y el e-POWER del sector derecho. Esta nueva X-Trail da la idea de ser más grande por sus formas, aunque técnicamente es algunos mm más corta, mientras que la distancia entre ejes se estiró un poco y con estos 2,70 m los ingenieros y diseñadores se las arreglaron para mejorar la habitabilidad y sacarle mejor provecho como para incorporar esa tercera fila de asientos. Detalle clave para no dejar pasar: las puertas traseras tienen un generoso ángulo de apertura de casi 90º.
Interior más versátil
Por dentro también los cambios son realmente profundos desde lo relacionado al diseño y la configuración, a la calidad de materiales y terminaciones, hasta llegar a la dotación tecnológica. Superficies soft, costuras de alta factura, exquisita combinación de tonos entre negro y grises alternativos, además de un aplique símil madera (¡al fin no hay Piano Black!), cuero sintético agradable a vista y tacto, en fin, todo un ambiente muy bien presentado. Ambas variantes tienen exactamente el mismo nivel de equipamiento, que en el rubro confort contempla: butacas delanteras eléctricas y calefaccionadas, doble ajuste de la columna de dirección, techo panorámico, climatizador de tres zonas, y entradas USB (convencional y tipo C) delanteras y traseras, como para empezar a hablar. Este salto evolutivo trajo consigo una buena cantidad de pulgadas de digitalización que incluye tablero, multimedia y Head up Display. El instrumental de 12,3” es completamente digital y configurable y se maneja muy intuitivamente desde los comandos del volante, pudiendo visualizar diferentes ajustes, datos de viaje, flujo energético, autonomía eléctrica y de combustión, entre otros.
En el centro del panel está la pantalla táctil de misma cantidad de pulgadas y dotada de una interfaz muy rápida y de funcionamiento amigable. Ahí se concentran las funciones del audio (Bose), de las cámaras, del navegador nativo y de otros ítems, además de la conectividad inalámbrica (una novedad) para el sistema Apple CarPlay, con cable –por ahora- para los usuarios Android. La consola central es elevada y separa ambas butacas en su doble plataforma: la inferior para guardar una tablet, sobre con papeles o simplemente un objeto para que no quede suelto, y la superior que aloja perilla para modos de manejo (Off-road, Hielo, Normal, Eco y Sport), la selectora de transmisión, cuyo formato difiere entre la térmica y la electrificada, que además ahí suma la tecla e-Pedal que permite conseguir una mayor regeneración de energía para enviar a la batería y manejar prácticamente sólo con el pedal de acelerador. También en sector ambas opciones tienen el cargador inalámbrico de celular. La pantalla virtual del HUD ostenta 10,8” y permite visualizar en modo holograma proyectado sobre el asfalto datos de viaje y sumar detalles de navegador nativo, además del multimedia. En términos de funcionalidad/habitabilidad, se percibe un trabajo a conciencia para que la vida a bordo sea lo más cómoda posible teniendo en cuenta el agregado de las dos plazas posteriores que se pliegan para dejar un piso casi plano.
Con las 3 filas en uso el baúl queda con apenas 130 litros, con la segunda abatida se estira a casi 500 y con la segunda también plegada se va a 1.298 litros. Esas dos butacas (no tienen Isofix) son chicas, más bien aptas para los más pequeños o personas de no más de 1,60 metros de estatura. El sector de la segunda hilera salió ganando un poco más de espacio para rodillas y altura al techo en comparación con la anterior X-Trail, y al mismo tiempo se desplazan longitudinalmente para regular el lugar disponible atrás, además de contar con un generoso reclinado de respaldos. La versión Exclusive 2.5 lleva un auxilio temporal y la e-POWER no tiene rueda de repuesto, sino kit de reparación, debido a que el motor y la suspensión multilink no dejan mucho más espacio que para una woofer.
Seguridad aumentada
Más allá de las mejoras y refuerzos que la plataforma recibió en su actualización, la dotación de esta cuarta fase de vida del modelo nipón mejora la dotación de asistencias al manejo, sumando ítems que antes llegamos a reclamarle. Además de los 6 airbags (como toda la familia local de Nissan) y de los controles de tracción y estabilidad, ahora las dos integrantes de la oferta cuentan con alerta de riesgo de colisión, control crucero adaptativo, freno autónomo, alerta de cambio de carril con asistencia, sensor de punto ciego y control de tráfico cruzado y luces automáticas. También tienen monitoreo de presión de neumáticos y el de detección de movimiento alrededor del vehículo. No incluye estacionamiento asistido ni lector de señales de tránsito que sí ofrece algún rival de su categoría.
Dos variantes de propulsión
El motor 2.5 de la conocida como Exclusive es el mismo naftero aspirado que recibió algunos ajustes para ganar aproximadamente un 6% de potencia, pasando de 170 a 181 CV y 245 Nm de torque. Ese motor se combina con una transmisión automática CVT y la tracción es de tipo integral de reparto automático. La gran novedad está en la versión e-POWER que consta de dos motores eléctricos (de 187 hp el del eje delantero y de 126 en el que va unido al tren posterior), apoyados por un naftero 1.5 turbo de tres cilindros cuya función es únicamente la de generar energía. La potencia total es de 205 hp (unos 207 CV) y el torque de 330 Nm. La batería, en tanto, es de menor tamaño que la del Leaf y va colocada debajo del piso a la altura de las butacas delanteras. Por lo tanto, el vehículo se puede impulsar solo con el propulsor delantero o con ambos, de acuerdo al tipo de manejo y necesidad, de ahí que se apellida “e-4ORCE” por contar con potencia en el tren trasero, logrando un auténtico esquema 4×4. Quien nunca participará en el empuje de las ruedas es el naftero y por eso tampoco la marca anuncia potencia, ya que no tiene injerencia. Lo interesante de este sistema es que cada rueda tiene un control de torque independiente, logrando así un tipo de conducción diferente tanto en aceleración como en frenado, ya que en ambas circunstancias la respuesta es gradual y no tan impulsiva como en un eléctrico de tipo convencional. Esa condición aumenta la eficacia en curvas a alta velocidad, ya que mejora la tenida y la estabilidad al enviar torque necesario a las ruedas del exterior de la curva y quitando en proporción a las que van del lado interno. Tampoco la marca anuncia datos de autonomía, porque sostiene tiene una alta dependencia al modo de manejo del usuario. La automotriz asegura que en comparación con un SUV con motor a combustión, las mejoras de rendimiento alcanzan el 30% en ruta y hasta el 50% en ciudad.
Así la nueva X-Trail se presenta en nuestro país, contando con el beneficio impositivo por ser un vehículo sustentable, llegando a los showrooms de la red a un precio de $17.600.000 en la versión 2.5 Exclusive (3 años o 100.000 kms de garantía), y a $29.990.000 en el caso de e-POWER, cuya garantía se extiende a 8 años o 160.000 kms para todos los componentes del sistema eléctrico.
