Este fin de semana pasado abrió al público el espacio dedicado a repasar la historia de este emblema de la industria automotriz nacional y el impacto que dejó en la localidad de Caseros y en todo el país.
El domingo 5 de noviembre se realizó la apertura al público del Museo del Fitito, un espacio conmemorativo que honra a las más de 297 mil unidades producidas de Fiat. La inauguración se inició con una colorida y larga caravana que comenzó en el autódromo de Buenos Aires, para finalizar en el playón municipal del partido de Tres de Febrero.
El Fiat 600 no solo representó un hito en la industria automotriz argentina, sino que también dejó una huella imborrable en el corazón de miles de clientes de nuestro país durante más de dos décadas. Este pequeño automóvil fue lanzado en 1960 y rápidamente se transformó en un fenómeno de ventas y dejó un legado perdurable en la memoria colectiva de los argentinos, incluso después de su último día de producción en 1982.
Los primeros ejemplares nacionales se denominaban simplemente 600, sin ninguna letra que los identificara. Se fabricaban con carrocerías desarmadas importadas de Italia. Este conjunto de nueve piezas fue nacionalizado a partir de 1963, cuando entró en operación la nueva sección de estampados. Por su parte, el grupo motor, transmisión y demás elementos mecánicos eran producido en el complejo industrial de Córdoba.
Con los cambios introducidos en el mercado local, a partir de la Ley de Reconversión Automotriz, se hizo evidente que el Fiat 600 había cumplido su ciclo. Su producción se extendió hasta el 9 de abril de 1982, cuando se produjo la última unidad que llevó el número 294.197. El cese de la fabricación no significó el fin de su historia en el país. Al contrario, el estrecho vínculo afectivo se mantiene plenamente vigente.
El museo del Fitito abre sus puertas de miércoles a domingos, de 10 a 16 Hrs, con cupos de 20 personas por visita guiada que dura aproximadamente 45 minutos.
