A finales de septiembre del 2000, el MINI de la era moderna se estrenó en el Salón del Automóvil de París e introdujo una categoría nueva en el segmento premium de vehículos chicos. Así renacía el concepto de un auto icónico que marcó toda una época, aunque con el lenguaje estilístico y tecnológico de avanzada.
Hace dos décadas, comenzó el éxito de este vehículo bajo el paraguas de BMW Group y la presentación de los modelos MINI One y MINI Cooper. Como sucesor del Mini clásico, apareció la segunda generación que proporcionó todos los elementos necesarios para otra revolución en el segmento de vehículos pequeños. Presentaba detalles de estilo como los voladizos, los faros redondos y la parrilla hexagonal, que remitían al histórico. El MINI moderno además de ofrecer mayor espacio y funcionalidad, proporciona confort para viajar y para uso diario.
En 1997, se comenzó a mostrar el MINI 2000. A los días de su lanzamiento, habían registrado más de 100.000 posibles clientes interesados. A partir de allí y en un lapso de tres años, el MINI ya se encontraba presente en prácticamente todos los mercados del mundo. Rápidamente cautivó a todos los conductores por su comportamiento ágil y marcadamente sport debido a la performance del motor de 115 CV. Su habitáculo también llamó la atención por su innovador diseño y detalles varios como tapizados, molduras y apliques.
Para el 2003, se lanzó un motor diésel en la segunda generación y la versión Convertible le siguió en el año posterior. La diversidad de modelos fue creciendo y llegó la tercera generación en 2006. El Clubman, el Coupé y el Roadster se unieron a la gama.
Durante los últimos 20 años, MINI no ha parado de evolucionar y seguir cautivando a los usuarios. En nuestro país, el histórico británico llegó en 2004 y desde entonces no ha dejado de venir en diferentes variantes. Actualmente las opciones incluyen: Cooper (3 y 5 puertas), Cabrio, Clubman, Countryman, John Cooper Works y el exclusivo John Cooper Works GP, presentado el pasado mes de mayo.
