Chevrolet presentó en Brasil la nueva generación de su exitoso compacto que, en las siluetas hatch y sedán, incorpora importantes modificaciones que van desde la plataforma hasta las motorizaciones, pasando por la incorporación de tecnología y el diseño.
Con el paso del tiempo se fue poniendo de moda una frase que palabras más, palabras menos, habla de “democratizar la tecnología”, lo que significa que las marcas bajan a una categoría determinados ítems de equipamiento de segmentos superiores y más aún, dentro de la misma gama de un modelo unifican determinados elementos ya desde la variante más económica. Ese fue el foco que General Motors puso en el Onix al momento de plantear el cambio de generación. Así, el compacto de Chevrolet evoluciona fundamentalmente en tecnología, más allá de basarse en una nueva estructura y estrenar un motor turbo que hace elevar la vara de la categoría en la que manda desde hace un tiempo, tanto en el Brasil como en nuestro mercado.
Tanto hatch como sedán (llamado Plus con lo cual el nombre Prisma desaparece) se actualizaron en diseño y, si bien no cambian de radicalmente, alcanza para que se advierta un estilo más deportivo en ambos. Los dos cercen en tamaño. Ahora el bicuerpo mide 4,16 metros de largo (23 cm más); 2,04 metros de ancho (+8 cm, con espejos); 1,47 de alto (se mantiene); y 2,55 metros entre ejes (crece 3 cm); mientras que el sedán aumenta la longitud en 19 centímetros (4,47 metros), el ancho en 8 (2,04 metros) y la distancia entre ejes en 7 centímetros (2,60 metros), y mantiene la altura. Por dentro se replanteó el diseño del panel frontal y las superficies para darle otra apariencia. Se lo ve más moderno y el espacio está bien aprovechado, de ahí que ofrece plazas traseras más que correctas.
Una de las principales novedades está en la mecánica con la llegada del motor 1.0 turbo de 116 CV con 160 Nm de par. Es un tres cilindros que se puede combinar con una caja manual de cinco velocidades o una automática de 6 en la versión full. La marca declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos, y un consumo promedio de 5,9 litros cada 100 kilómetros. El otro impulsor también es un tres cilindros pero de 1.2 litros y aspirado, con lo que la potencia alcanza los 90 caballos y el torque, de 115 Nm. Para esta opción la única transmisión disponible es la manual.
En el rubro seguridad está uno de sus fuertes, porque mejora notablemente desde las variantes de entrada que ahora vendrán con 6 airbags (el único de la categoría) y control de estabilidad. Dos de las razones por las que LatinNCAP le otorgó 5 estrellas en protección de adultos y de niños. Además, cuenta con ganchos Isofix y cinturones de 3 puntos en todas las plazas. Otro de los grandes adelantos es la llegada del asistente estacionamiento para las versiones Premier y la alerta de punto ciego, además del acceso sin llave con arranque por botón y, asistente de ayuda de arranque en pendientes. Tal como ocurre con el nuevo Cruze, ofrecerá Wi-Fi a bordo que permite conectar hasta 7 dispositivos diferentes a Internet de alta velocidad. Desde la versión LT (la segunda desde abajo hacia arriba) suma el multimedia MyLink 3 con pantalla táctil de 7 pulgadas que permite la conexión a celulares ya sea por Android Auto como por Apple Car Play para, por ejemplo, acceder al navegador. Claro que desde ahí se manejan algunos ajustes y se reproducen las imágenes de la cámara de retroceso.
Desde la opción de entrada incluye llantas de 14 pulgadas, volante multifunción, limitador de velocidad, levantavidrios eléctricos y radio con Bluetooth y entrada USB. Para las versiones intermedias los calzados son de 15 y para las tope en medida 16”.
La oferta completa del nuevo Onix contará con seis versiones: tres hatch (Onix, Onix LT y Premier) y tres tricuerpo (Onix Plus, Onix Plus LT y Onix Plus Premier). A finales de este año llegarán los equipados con el motor aspirado, mientras que para el turbo, habrá que esperar hasta el comienzo de 2020.